Fue la boda de la sonrisa eterna.
Ya cuando nos conocí en la entrevista, Sergio y Laura me inspiraban calma y buena vibra como se dice, sabía que si yo era su FOTOGRAFO DE BODA EN GRANADA sería un día de sonrisas más que de otra cosa.
Laura que tan nerviosa había esta con los preparativos meses antes, ese día era acción con calma y amor, supo disfrutar y dar amor a todo el que la acompañaba.
Sergio como casi todos los novios, más despreocupado en esas tareas el día de la boda cobra un poco más de consciencia y los nervios se apoderan un rato de el, pero solo un rato porque con esos abrazos tan bonitos, todo se calma.
Por norma general el día de la boda es el primer contacto con las familias de los novios y ese momento me encanta ya que veo de donde han salido mis preciosas parejas.
La familia de Laura era lo que ella me transmitió desde el primer momento, amor, cariño, hogar. Por otro lado, la de Sergio no se quedaba atrás en amor, pero se vivía esa chispa alegre y calmada que Sergio también tiene.
Todo se dio como se tenía que dar, una ceremonia muy participativa en la que no pude evitar tener que recogerme un par de veces las lágrimas y centrarme en lo mío. Durante la celebración los novios pudieron agradecer a todo el mundo de esa manera tan especial y bonita que habían preparado y disfrutar de su día especial.
Agradecer a los novios el haberme dejado contar su preciosa aventura de amor y a sus bonitas familias el haberme acogido ese día como uno más de ellos.
Espero que la vida nos vuelva a juntar en otro momento y si es para seguir contado más cosas de sus vidas mejor aún.
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